Estamos percibiendo comentarios en contra de la escuela particular, se les acusa de ser un negociazo, de cobrar colegiaturas altas, de pagar poco a los maestros, de ofrecer una educación de baja calidad, de ser escuelas “patito” e incluso de ser un cáncer para la educación. Fuertes acusaciones que afectan nuestras escuelas, nuestra imagen y reputación.
Por supuesto que existen escuelas privadas que cumplen con estas observaciones pero no se vale generalizar y por esta razón hay que entender que el manejo de la escuela privada va más allá de cobrar colegiaturas para enriquecerse.
Los que nos dedicamos a la educación lo hacemos por vocación y un verdadero interés en desarrollar planes y programas que apoyen a los estudiantes a salir adelante y poder enfrentar una realidad que se presenta por demás difícil, pero nuestra labor se dificulta por la ignorancia que abunda en la sociedad.
Como escuelas privadas tenemos una imagen de cobrar colegiaturas caras y hacernos millonarios. Son pocos los directores o dueños de escuelas que se han vuelto ricos solamente por dedicarse a la educación.
Existe una realidad educativa que no están percibiendo, las escuelas privadas cobran colegiaturas y preinscripciones porque a pesar de ser parte del sistema educativo nacional no cuentan con apoyo alguno del gobierno y para poder ofrecer el servicio educativo se necesitan recursos que se consiguen con el cobro de colegiaturas.
También se nos acusa de cobrar meses en los que no hay clases pero esto es necesario porque la renta, la luz, los sueldos y demás servicios se tienen que seguir pagando, con clases o sin ellas.
Una de las afectaciones de la contingencia por COVID-19 en las escuelas se presenta precisamente por la falta de clases presenciales y por no cubrir el plan de estudios de manera online. Esto se debe a que las escuelas no estaban preparadas para dar clases en línea pero también a que los hogares no están preparados con suficientes dispositivos y conexión a internet para que dos o más hijos puedan tomar las clases.
Todos nos estamos enfrentando a serios retos económicos y sociales, pero las escuelas están trabajando para recuperar el tiempo perdido, para no perder el ciclo escolar y para lograrlo se requiere el apoyo y entendimiento de la comunidad educativa.
Entrevista Presidente de la Asociación Nacional de Escuelas Particulares con el Heraldo de México sobre el pago de colegiaturas en esta contingencia por COVID-19
¿ En qué se usan las colegiaturas?
Uno de las principales usos que se le dan a las colegiaturas es el pago de sueldos de maestros y de personal administrativo y de mantenimiento y servicios, pero la sociedad considera que si la colegiatura es alta, entonces los sueldos deben ser altos, cuando la realidad es que si se pagan sueldos, pero también se tiene que considerar que de ahí se pagan:
- renta o predial si las instalaciones son propias
- luz, de la que no se recibe ningún subsidio por dedicarse a la enseñanza
- agua, sin tener subsidios ni apoyos
- servicio de limpieza (camiones de basura)
- gas en algunos casos en que se cuenta con cafetería o comedor y si se tiene el servicio de alberca para clases de natación
- mantenimiento (pintura, mobiliario, plomería, jardinería, botes de basura, entre otros)
- material de laboratorios y de clases como deportes, música, entre otros
- equipos de cómputo, licencias y software necesario
- internet con conexión amplia para toda la escuela
- sistemas automatizados para gestión escolar
- papelería y material para decoración
- biblioteca
- personal de seguridad para cuidar las instalaciones
- extintores, señalizaciones, botiquín de emergencia, entre otros, así como el servicio que se le debe de dar para mantenerlos actualizados y renovados
- en algunas escuelas, equipos específicos para clases especiales como la de robótica
- y actualmente están solicitando que se tenga:
- un sistema de tratamiento de aguas residuales
- adecuaciones y señalización para una educación inclusiva (que puede requerir desde rampas hasta elevadores y mesabancos especiales así como letreros en braille)
- adecuaciones y planes registrados y avalados por protección civil establecidos en dictámenes que se tienen que renovar cada 5 años con o sin siniestro ocurrido, los que tienen un costo elevado
Las escuelas privadas no se mantienen solas ni las mantiene el gobierno, razón por la que cobran colegiaturas y algunos otros servicios para poder sostenerse como una opción educativa.
La sociedad parece desconocer que a pesar de no haber clases en días festivos y vacaciones, todos los servicios y sueldos de esos días se tienen que pagar y se les exige a las escuelas privadas que cumplan con todos los requisitos que vienen en la Ley General de Educación y en todas las leyes que se les van ocurriendo a las autoridades. Sin considerar los costos excesivos que muchos proveedores aprovechan para cobrar y sin tomar en cuenta los tiempos que se requieren para hacer todas las adecuaciones que nos solicitan.
Por supuesto que todos los que nos dedicamos a la educación queremos cumplir con los más altos estándares de calidad y sobre todo de protección a los niños y personal que está a nuestro cargo, decir que no nos importa y que nos quejamos para no cumplir con la ley y las regulaciones, es tendencioso y sobre todo falso.
Nosotros como directivos o personal que labora en las instalaciones también queremos sentirnos seguros, en la escuela pasamos la mayor parte de nuestro tiempo, además sí estamos conscientes de la gran responsabilidad que tenemos con los estudiantes. Lo que queremos es que las autoridades nos apoyen a controlar sus requerimientos y sus inspecciones, queremos que todo esté bajo normativas correctas y adecuadas basadas en la ley que verdaderamente nos ampara, además de que establezcan controles a los proveedores con los que nos vemos obligados a trabajar para poder cumplir con lo que solicitan y que sean conscientes de los tiempos que conllevan las implementaciones solicitadas.
Nos eligen por que somos la opción para los alumnos que no alcanzan lugar en las escuelas pública, pero también porque ofrecemos una mejor calidad educativa, si no fuera así ¿porqué tantos padres de familia se niegan a llevar a sus hijos a las escuelas públicas?. No solo tenemos lugar para los estudiantes que no alcanzan lugar o que no quieren ir a escuelas públicas sino para los maestros que tampoco encuentran un lugar en la base laboral de la SEP o de la UNAM. Tanto los estudiantes como los maestros son libres de dirigirse a la institución que ellos elijan, no hay obligación de inscribir niños en escuelas privadas y los maestros no tienen obligación de asistir a nuestros centros. Es el estado el que está obligado a cumplir y garantizar el derecho humano de dar educación a todos los niños y que sea de calidad, y es también el estado el que tiene que dar las plazas a los maestros en las escuelas públicas así como de proveer el material necesario para que se pueda cumplir con su funcionamiento.
Las escuelas particulares deben llegar a acuerdos con su comunidad para salir adelante de esta contingencia.
Ante esta contingencia por COVID-19 las escuelas particulares deben llegar a acuerdos con su personal y con los padres de familia. Todos deben ayudarse como una comunidad en emergencia, puede ser con exenciones, con descuentos a colegiaturas como están haciendo algunas escuelas, con prórrogas de pago sin generar intereses, con facilidades de pago, con el personal alcanzar acuerdos para el pago de salarios diferidos, pero todos deben participar.
Hemos recibido comentarios sobre la falta de una figura clara en materia legal educativa privada, pero eso solo demuestra ignorancia sobre las leyes que nos amparan. En este artículo podrán encontrar los fundamentos legales de la escuela privada. http://www.anfe-anep.com.mx/uncategorized/fundamento-legal-de-la-educacion-privada/
Las escuelas y los padres de familia están enfrentando retos con la educación en línea, no solo se trata de dar las clases sino de que en casa de mantenga la disciplina, el control de las horas de estudio así como de las tareas y sobre todo contener y liberar la energía de los estudiantes en un ambiente de cuarentena.
Es un momento para valorar el esfuerzo de las escuelas, conteniendo salones de más de 20 alumnos con necesidades, capacidades y hasta problemas distintos. Aquí les dejamos un artículo sobre los retos de adaptarse a una educación en línea.